Hace muchos segundos enterrado en un mundo oscuro, existía una doncella que vivía en un árbol seco y viejo en el cual se mortificaba mucho por la indumentaria de cada esquina de la corteza, al entrar podías admirar la sala de hongos de diferentes tamaños que son aptos para la comodidad de todos aquellos que se atrevieran a pisar aquel excéntrico hogar, la cocina completamente equipada con todo tipo de ramas y rocas para crear la mesa más elegante de todo el bosque, pero si algo amaba nuestra pequeña gran doncella era su fina y exquisita cama en donde se podía dejar caer sobre los más cotizados algodones y ser cobijada con las pétalos de rosas más suaves de todo el reino. Todas las mañanas se levantaba con mucha penumbra y deseo de permanecer entre esos delicados y ya calientes pétalos pero su despertador personal Pinguu un pájaro carpintero no dejaba de sonar hasta que esta se levantaba de la cama, en su baño particular calentaba unas cuantas gotas para bañarse y limpiarse la cara. Acabado el ritual abría la puerta y salía al mundo en búsqueda de una verdad que todavía no entendía a la perfección pero que se le podría hacer en tiempos como estos llenos de nubes y lluvias de gomitas de caramelo, por suerte la indecisa doncella llevaba un hermoso paraguas de girasol que la cubría a la perfección así que qué pudo seguir su rumbo por el bosque, de pronto su panza comenzó a hacer tal estruendo que los arboles empezaron a alterarse por él allanamiento a su tranquilidad y se percato que no había comido nada desde que despertó, su blanca piel se torno roja a causa de la sangre que subía a su cabeza por la vergüenza que le dio el sonido de su pobre panza hambrienta que solo le dejo una opción, se agacho como si un dolor estrepitoso la estuviera atacando y volteo hacia arriba para ver en qué momento los arboles la dejaban de ver mientras que el tono se acercaba al tono de una hermosa manzana de temporada y de esta manera se quedo unos cuantos parpadeos hasta que un relámpago de caramelo distrajo la vista de los entroncados y la avergonzada doncella corrió dejando su girasol en el lugar del crimen, al tiempo que sus diminutos pasos trataban de ir lo más rápido posible pero las gomitas la forzaban a detenerse ya que su girasol protector ya no estaba con ella pero no lo importo y siguió corriendo hasta que llego a un lugar que no conocía las gomitas dejaron de caer del cielo y un poco de ámbar entro por las ramas deslumbrando la cara de la deslumbrada doncella se acerco a la luz el frio subió por sus pies, paso por sus rodillas y llego hasta su panza, volteo a su alrededor, estaba sumergida en un liquido rojo que provoco que los gritos volviera a sacudir a nuestros amigos los arboles solo para que estos se burlaran de la pequeña doncella en peligro pero entre tanto pataleo y esfuerzo de salir un poco de este liquido entro en su boca y se percato que estaba sumergida en jugo de fresa, la pena la volvió a atacar y era difícil distinguir su cara entre el agua lo que logro que pudiera escapar de la mirada de los arboles. Al salir del delicioso y fresco jugo volteo a ver el lago y vio algo que jamás había visto, algo que ni siquiera sabía que existía pero la existencia de esta realidad no respondió la pregunta que la inquieta doncella buscaba si no que le dio una pregunta por dónde empezar, conoció su reflejo por primera vez, con una mirada incrédula vio su vestimenta unas grises adornadas por un ya sucio vestido blanco, la textura de su piel y la del vestido eran casi las mismas pero los pequeños detalles marcaban la diferencia después de cuestionar su vestimenta vio un poco más arriba y vio sus labios tenues y rosados, su nariz de gran presencia y sus ojos de mil colores lograron cautivarla y querer saber más, todavía no sabía exactamente de qué pero si sabía que necesitaba saber más, cuando de repente grito - ¡ya se!- y la idea principal llego a su cabeza, era una muñeca si no por qué tendría estos hilos amarillos saliendo de su cabeza, al principio todo sonaba bastante lógico pero supo que estaba equivocada cuando trato de zafarse la cabeza sin éxito y esto solo le dejo una opción, seguir por su camino.
En un rincón agridulce del bosque una bruja de aquellas que solo se atreven a salir de las cajas de los cereales cocinaba su famoso fricase de chocolate, le agregaba cacao, barras de chocolate, leche con chocolate y malvaviscos que tenían un aroma tan dulce que al penetrar las narices de aquellos chismosos hambrientos los dotaba de tal suspiro que solo estos olientes espectadores podría entender, pero ese olor no se quedo satisfecho con los alrededores de la cabaña de aquella bruja chocolatera, se dirigió hacia al bosque en un mágico viaje de perdición.
Mientras la agotada doncella caminaba por aquel mundo inexplorado, pensó –esto es lo que deben de sentir los grandes exploradores cuando pisan una nueva tierra- pero aun así no despegaba los ojos de las esquinas la incertidumbre la comía y mas cuando ella era la única persona en esta tierra tan inhóspita que obligaba a la máxima concentración, cada rama que tronaba era un motivo de camuflaje. Más tarde mientras seguía su camino se percato de una silueta recargada en un árbol, se dejo caer sobre el suelo y comenzó a arrastrarse la intrépida doncella, que exigía saber quien era el intruso que se atrevía a pisar su no tan inhóspito suelo y con el enojo y mirada asesina de un niño de cinco años siguió avanzando a través del gran pasto hasta quedar a una distancia de un enorme metro, giro sus ojos hacia arriba vio un sujeto alargado con un cuerpo tan delgado que sus brazos podrían darle toda la vuelta, su cara tenía algo extraño pero la curiosa doncella no pude contener la duda y se aproximo a esta intrigante silueta, el extraño tomo una planta enrollada que puso en su boca, la curiosa se quedo plasmada sin saber qué era eso cuando para su sorpresa comenzó la boca del extraño comenzó a sacar humo por la boca la espantadiza doncella grito y brinco hacia tras cayendo sobre su espalda, el misterioso extraño volteo viendo a la pequeña con duda la suficiente para hacer que este se levantara, ella comenzó a retroceder pero solo bastaron tres pasos de aquel singular extraño para alcanzarla, los ojos de la desamparada doncella se inyectaron de lagrimas y la esperanza la abandono subiéndose a la primera canción que paso, hasta que por fin la el rostro inocente y la cara misteriosa estuvieron de frente y ella solo le quedo suponer el peor de los finales donde la vida llena de caramelos y pétalos de rosas comienza a pasar por los ojos pero solo pudo apreciar como el extraño le extendió la mano ella la tomo con mil pensamientos en la frente que solo la entorpecieron y se volvió a tropezar, cuando por fin logro mantenerse en pie y ver de frente a este hombre no pudo quitarle la vista de encima su piel suave como el terciopelo, el pelo negro como la noche pero tenía puesta una mascara lisa que apenas dejaba ver su cara, tenia espacio en la boca, un pequeño orificio en cada oreja y en un hoyo mas grande que el otro en los ojos.
El extraño corrompido se dio la media vuelta y siguió un camino que no llevaba a nada, la asombrada doncella lo siguió en ese camino para darle un propósito pero dentro de la obviedad salto la mas grande de las obviedades y destruyo el silencio -¿Quién eres?- el extraño solo volteo y siguió caminando un poco mas a prisa, pero la insistente doncella no se iba a dar por vencida lo siguió durante minutos enteros pero el solo se negaba con una frialdad que solo el despecho puede ofrecernos pero ella no desistió. El rastro se había perdido de tanto caminar y ahora no había vuelta atrás cuando de lo profundo del bosque el olor a chocolate ataco a la princesa y su estomago volvió a hacer aquel ensordecedor ruido que solo avergonzaba a la ridícula doncella, su misterioso extraño volteo y ella volvió a perder la noción del rojo solo para quedarse inmóvil dándole un pretexto al extraño para que por fin pudiera seguir su camino solo. El olor era demasiado perfecto haciéndola alucinar mil colores y concibiéndola a flotar hacia la fuente de ese glorifico olor, el volteo y vio como la perdida doncella se dirigía a ese olor del cual el conocía la procedencia, bajo la cabeza y siguió caminando. La doncella siguió su camino a flote hasta la cabaña de aquella bruja chocolatera, cuando sus pies por fin tocaron el suelo ella despertó del trance que la tenia atrapada y con una boca levantada cual pato volteo a ver todo, no sabia como había llegado ni como saldría pero el olor era demasiado bueno para preocuparse, ella trato de no hacer un escándalo y se puso a explorar el lugar antes de presentarse pero su estomago no estaba de acuerdo y ataco con el sonido mas ensordecedor que la doncella o nadie en esa esquina del jardín jamás hubiera escuchado, se quedo inmóvil trato de formar parte del ecosistema para no ser descubierta pero su rojez no era algo fácil de disimular, la bruja chocolatera se acerco -¿tienes hambre?- ella solo afirmo moviendo la cabeza, la tomo de la mano y la llevo a la cocina en donde sirvió el famoso fricase de chocolate que todos quisieran probar pero solo los desafortunados tienen el honor. Por otra parte el camino que no llevaba nada se empezó a llenar de angustias, la imagen de la doncella y su destino no dejaban de bombardear su mente con imágenes brutales y despiadadas, por mas que trataba de ignorarlas siempre su pensamiento volvía al mismo tormento que no lo dejaba en paz, con un grito casi tan fuerte como los sonidos de la panza de la ruidosa doncella, comenzó a correr entre los pastizales en busca de un propósito que jamás había buscado. En su parte la glotona doncella comía como pocas veces en su vida lo había hecho, el chocolate comenzaba a ensuciarle toda la cara y la bruja chocolatera afilaba todos sus cuchillos con la destreza de un carnicero y el antojo de alguien que no había comido en meses la saliva le escurría como si hubiera visto el mejor corte de carne que alguien pueda saborear en su vida, harta de que el antojo le cubriera cada esquina de su cuerpo se dirigió al comedor en donde nuestra confiada doncella devoraba hasta el ultimo malvavisco del fricase, la chocolatera alzo el cuchillo oxidado y con un solo pensamiento en la mente lo dejo caer a toda velocidad sobre la ya difunta doncella. El cuchillo golpeo de lleno el sagrado caramelo que corre por nuestras venas manchando todo el lugar, cuando la bruja abrió los ojos algo se había interpuesto en el camino de su cuchillo y la asustada doncella había sobrevivido.
La sorprendida doncella solo vio al extraño recibiendo la herida, no entendía el por qué pero se quedo inmóvil ante tal escena, el extraño con la poca fuerza que le quedaba se dio la media vuelta y se abalanzo sobre la bruja chocolatera contra la pared, esta trato de alcanzar su varita mágica pero antes de que pudiera llegar a ella el extraño le encajo los dientes en el cuello dejando escapar el chocolate de sus venas dejando que la vida de esa despiadada bruja se extinguiera en un abrir y cerrar de bolsas. Los dos cayeron contra la pared uno sin vida y otro mal herido, la agradecida doncella corrió en su ayuda, lo abrazo pero antes de que pudiera decir una palabra él logro decir –corre, sal por la puerta trasera- ella asustada se negó a tal propuesta e inquirió en ir a pedir ayuda pero él se negó rotundamente pidiéndole que se asomara por la ventana, vio una fogata inmensa en medio de las casas, cabezas gigantes clavadas en estacas y miles de personas bailando y brincando alrededor de aquella gigante fogata que se prestaba a asar mas de mil malvaviscos en ella, él le explico que este era su pueblo natal y que lo habían echado de aquí sentenciándolo a tener puesta esa mascara por 263 meses, la desesperada princesa comenzó a llorar y a suplicar –¡no puedo hacerlo sola! Te necesito- el extraño sujeto a la insegura princesa y la trato de sacar de ese tremendo error en el que ella estaba –tu puedes hacer esto, tu me diste una razón más- a ella solo le quedaba una opción, levanto al extraño y lo saco por la puerta principal, todos en el pueblo quedaron anonadados con lo que estaba pasando, varias personas trataron de detenerlos pero la bondad en los ojos de aquella valiente doncella era más fuerte que cualquier atentado en contra de ellos, al terminar con esa gran caminata y poder regresar al bosque lo sentó junto a un árbol y se recostó sobre su pecho. Con el paso de las horas los dos comenzaron a quedarse dormidos pero antes de que esto pasara el le dijo unas tiernas palabras –tu puedes llegar a grandes lugares, no dejes que esa luz que brilla en ti se opaque, hoy demostraste que puedes hacer lo que tu quieras, tuviste el valor de sacarme de esa cabaña y protegerme de mis enemigos. Gracias- la solloza doncella se quedo viendo al extraño durante largo tiempo sin darse cuenta que el caramelo ya no corría por sus venas y que la vida se había ido a una fabrica de dulce en donde volvería a surgir, pero en otro momento y otra necesidad.
Después de contemplar al extraño por segundos se percato que dentro de el ya no existía esa chispa que marcaba la existencia de cada ser humano pero esto solo dio pie a algo que en estas situaciones se consideraría inusual, la despechada doncella recostó al extraño y tomo un caramelo macizo de uva que encontró en el suelo y comenzó a golpear el candado de la mascara, una y otra vez hasta que entre la profunda ira que sentía el candado salió abatido a varios centímetros de distancia, con prudencia tomo la cara del extraño zafando las ataduras de la mascara que lo aprisionaba, el suspenso comenzó a aumentar y los insectos que la intrigada doncella sentía en el estomago se comenzaban a alborotar mas y mas, la mascara había sido retirada para dejarla perpleja, unos profundos ojos cafés y unos labios carnosos eran la cualidad principal de este hermoso extraño que ahora solo viviría en su recuerdo.
MUY bueno, mi Polo, aplausos. Frases como "sirvió el famoso fricase de chocolate que todos quisieran probar pero solo los desafortunados tienen el honor" lo hacen muy intrigante, y en general la historia es fantasiosa pero llena de humanidad. El final es buenísimo. Felicidades y por favor no dejes de escribir.
ResponderEliminarJorge: Antes de publicar tus cuentos te recomiendo que vayas a INDAUTOR en donde por 120 pesos registran tu cuento. No te lo vayan a ratear.
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